Montañas, valles o golfos, formas del relieve que puedes ver habitualmente a tu alrededor. ¿Sabes cómo se formaron? Te lo explicamos de forma sencilla en este practicograma.
1 El agua modela el relieve de varias formas.
Uno de los agentes más importantes a la hora de modelar el relieve es el agua. Los ríos, por ejemplo, erosionan el curso por donde transcuren. Además, los materiales que arranca durante su camino hacia el mar descienden y se depositan en la desembocadura, pudiendo formar llanuras aluviales y deltas.
Ya en el mar, las olas son las responsables de los golfos y de los acantilados, por ejemplo. Ahora, el agua en dos formas diferentes: la lluvia, que puede disolver los componentes de los suelos, y el hielo, porque al aumentar su volumen, ejerce una presión en las rocas que puede generar rotura.
2 El viento y la temperatura definen las formas.
Otro elemento que modela el relieve es el viento, que pule y redondea las rocas. La temperatura también influye porque puede dilatar los materiales durante el día por el calor y contraerlos durante la noche por el frío pudiendo generar roturas.
3 La vegetación disgrega suelos y rocas a la vez que los protege.
La vegetación también puede modelar el relieve. Es curioso porque puede afectar tanto de una manera como de otra. Las raíces pueden disgregar suelos y rocas pero las copas de los árboles también pueden servir de protección contra viento y lluvia.
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